Justamente con él y con mi otro buen amigo Carlos Morcillo hace más o menos 1 año estuvimos desarrollando el tramo final de una campaña política.
En general no me seducen las campañas políticas.
Van siempre atrás de "lo que hay que decir", no tienen propuestas, pareciera que se hacen sólo para que la gente escuche lo que quiere escuchar. Y son muy estresantes!!!
Sin embargo, este caso fue distinto por varias razones: era sólo un tramo de la campaña, no la campaña completa; había poco tiempo para producir (por lo que también había poco tiempo para opinar); el candidato estaba bastante ocupado. Y -tal vez lo más importante- había pocos interlocutores… y encima eran buenos.
Lo que conseguimos no es un breakthrough de la comunicación política ni mucho menos, pero -gracias a los vuelos de Adrián y a los buenos oficios de Morci- terminó siendo una campaña estética, que exalta la belleza y los valores de la provincia, y propone una reflexión.
Párrafo aparte para el acting del candidato…: no había manera.
Trabajé con varios y el problema es siempre el mismo: viven actuando pero, cuando tienen que hacerlo frente a una cámara, son unos quesos.
Un amigo mío dice que lo mejor sería vaciarlos y manejarlos desde adentro. El tema es que se dejen.
Éste no se dejó y bien que hizo, ya que a partir de diciembre será el gobernador de Neuquén.
Los responsables por el Cliente fueron Gustavo Waldmann y Gustavo Troncoso.
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