El brief era claro aunque no muy sencillo: teníamos que desarrollar una imagen distintiva, que fuera motivadora, que remitiera a la iconografía clásica de la marca, pero que al mismo tiempo tuviera una personalidad propia… algo especialmente complejo de cara a la infinidad de cosas producidas por CC durante toda su historia.
La propuesta fue producir un trabajo más artístico que publicitario, con el color y el mood de CC, pero expresado en un lenguaje autónomo, que resultara exclusivo de ese espacio de trabajo.
Para concretarlo convocamos a Christian Montenegro -un tipo bárbaro y uno de los 100 mejores ilustradores de la década, según Taschen, la editorial alemana especializada en libros de arte-, quien produjo una amplia galería de personajes, que representan la universalidad de la marca, celebran la música y reproducen "un día coca-cola"… Para los amantes de CC, un día perfecto.
Las dos últimas imágenes son una expresión de deseo: nuestra imaginería en una gran galería de arte y -como gigantografía- sobre la fachada del edificio del Banco Ciudad. Hubiera quedado muy lindo, pero no…
La supervisión por parte del cliente estuvo a cargo de Luis Gerardin, Julio Ferro y Carlos Quiroga. Nuestro "padrino artístico" para el desarrollo del proyecto fue el Arq. Roberto Cenderelli.
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